“Él no me miró. Nunca me
mira. No admite mi presencia. Pero yo sé por qué estoy en esta casa embrujada. Estoy para contar. Estoy para
repetirle una y otra vez la historia…”
(La bella durmiente- Inquieta compañía- Carlos Fuentes.)
Carlos Fuentes es un narrador
y ensayista nacido en panamá, hijo de un embajador mexicano, durante su
infancia y adolescencia viajo por diferentes países latinoamericanos debido al
trabajo de su padre, es por esto la
relación compleja que tiene con México y los mexicanos, toma de esta
relación, el folklor del cual nace la inspiración para escribir algunas de sus
historias.
El libro “inquieta compañía”
de Carlos Fuentes, es una recopilación de relatos, se podría decir de
“misterio”; que dejan al lector envuelto en un halo de suspenso, nos atrapa con
su narrativa y la forma en la que juega con los personajes creando en ellos confusión;
debido a esto sus relatos son interesantes, pero se tornan inconclusos en
cierto momento pareciera faltar algo.
En total son seis relatos todos
diferentes en cuanto a la historia y los personajes, lo que no cambia es la
temática.
El primero de estos relatos
“El amante del teatro” nos cuenta la historia de un hombre obsesionado con su
vecina, con la cual no ha intercambiado palabra alguna esta obsesión lo hace
sentirse enamorado la duda lo impulsa a investigar quien es esa mujer
misteriosa, el resultado de esta búsqueda nos traza la idea de la locura. En
este relato en particular el final se
sobrepone, parece tener dos finales o estar contado por dos visiones
diferentes.
En “La buena compañía” nos
relata la historia de Alex un joven que regresa a México, en busca de la
fortuna de sus tías, en el trascurso del relato el personaje central comienza a
descubrir hábitos extraños en sus tías, que van desde lo más superficial a lo
más enredado, la ciudad que lo recibe es extraña no solo por ser nueva también
por las personas que la habitan, la vida y la muerte se mesclan creando una
imagen surrealista, Alex solo encuentra desconcierto
en el lugar donde esperaba encontrar un futuro prometedor y una muerte
inesperada vivida como un sueño o algo acontecido en una vida pasada en alguna de
sus más terribles pesadillas, en esta historia también el final es una
incógnita, paradójica.
En “La gata de mi madre” hace una crítica
sátira en contra de la costumbre que
tienen algunos mexicanos en llamar “gata” a las empleadas domesticas marcando la
diferencia de clases sociales, señala la creencia en la virgen de Guadalupe y reprocha
como estos fieles tratan a la
servidumbre con desdén. Es esta creencia en la guadalupana con la cual Fuentes
juega en la historia, no es el única estampa religiosa que se enmarca en “La
gata de mi madre” pero sí la más sobresaliente. La trama se desarrolla en una
vieja casona cerca del Tepeyac donde madre e hija con viven, la hija atada a la
madre en espera de la herencia, la madre insistente a que la hija no se quede
“solterona”. Este relato pareciera una telenovela mexicana con final feliz la sirvienta
se venga de la patrona con una trompetilla, la madre muere del enojo, la hija
hereda y se casa con él hombre perfecto, solo que no es tan perfecto como
aparenta lo que en realidad es, puede ser más complejo de describir tal vez un
fantasma, quizás una reencarnación, quedara a la imaginación del lector el
desenlace en nada se asemeja a un final de telenovela.
Los relatos utilizan
lenguaje coloquial, las historias crean la necesidad de continuar leyendo, cada
una tiene su particular forma de desarrollarse, van desde lo simple a lo
complejo -tal vez demasiado complejo- estás crean una atmosfera propia de
cualquier película de suspenso, la intención del libro no es asustar sino crear
dudas en el lector, generar curiosidad.
La forma en la que Carlos Fuentes
escribe este tipo de historias es muy característica, sus lectores la
conocemos, en su libro “Aura” lo reafirma, en Aura nos habla de un joven maestro de historia, en busca de fortuna
el cual responde a una solicitud de empleo, entra a trabajar en una vieja
casona -las casonas características en los libros de Fuentes son estampa del
México colonial- recopilando y
organizando las memorias de un viejo coronel en donde la realidad y la fantasía se mezclan, son estás historias las
cuales describen perfectamente cada detalle de la arquitectura, los personajes,
los objetos, las ciudades, cada situación formando en el lector una perfecta
imagen mental de lo descrito en cada página, con estos detalles logra cautivar
la atención del lector.
En “Inquieta compañía”, Fuentes
nos invita a la imaginación es la necesidad de descifrar lo que acontecerá al
finalizar cada historia, lo que convierte a estos en algo inesperado. Los
finales de fuentes son misteriosos, confusos, no termina en un “final feliz” al
contrario dejan pauta a un quizás, convierten al lector en parte de la
resolución. En cada historia es posible que exista un final sí, pero es la
imaginación de cada lector lo que trasfiere estas historias en algo más que palabra
escrita.
Es por esto que cada relato
en el libro “Inquieta compañía” tiene un final que no parece serlo, pareciera
quedar en un continuara, tal vez esa es la intención del escritor en “Vlad”.
Vlad nos narra la historia
de un contador joven, el cual comienza a
en cargarse de los asuntos legales de un viejo amigo de su jefe, el hombre con
el que empezara a tratar viene de un país lejano dueño de una gran riqueza su
aspecto vampiresco nos invita a descifrar sus verdaderas intenciones en este
país, en Vlad Fuentes nos describe al
perfecto vampiro, pero este no vive en Transilvania viene de allá a México
buscando nuevas tierras.
En este contexto Carlos
Fuentes escribió y desarrolló más ampliamente esta historia en su nuevo libro
con el nombre de este personaje Vlad presentado en el marco de la Feria
Internacional del Libro por otro célebre personaje del mundo del suspenso
Guillermo del Toro.
Vlad promete convertirse en un personaje de
culto en los lectores del escritor con la característica especial de desarrollarse
en calles mexicanas más específicamente en el Distrito Federal.
El libro inquieta compañía tiene
características especiales que lo convierten en un libro ameno de fácil
lectura, sin embargo la deuda que queda con el lector, son como ya se ha
mencionado los finales, para los lectores con imaginación tal vez esto no sea
mayor problema, pero los otros lectores a los que les gusta las cosas concretas
y los finales puntualizados les es difícil entender las intenciones del autor.
Inquieta compañía se mueve
por el territorio imaginativo de los lectores, entre fantasmas y reencarnaciones,
vampiros y demonios, realidad y ficción. Pero no por esto es un típico libro de
“sustos”, es más que eso.
Es la sutil forma en la que
el escritor desenvuelve una a una las historias, la forma en que maneja el
misterio, lo que hace de este libro, algo diferente.
La forma en la que el pueblo
mexicano se encuentra retratada en el libro es propia de la experiencia del
autor, pareciera que todo el tiempo se burla de la manera en la que el mexicano
se mueve, de una forma tan tenue que al lector no le causa molestia alguna, al
contrario hasta en cierto punto se encuentra identificado con los personajes
generando con esto otro modo de acercar al lector.
Es esta forma de reflejar al
pueblo mexicano la que convierte a los libros de Carlos Fuentes en crítica
social sin ser precisamente ese su objetivo.
Este libro es una buena
opción para leer cualquier día más aún en una noche fría. Los relatos son comprensibles
sin olvidar lo confuso de sus finales que hacen del mismo algo inconcluso
logrando con esto confundir al lector o creando la necesidad de imaginar que
pasaría después.